Bogotá cuenta con una amplia diversidad de especies arbóreas como eucaliptos, acacias, cipreses, cedros, chicala amarillos, entre otros.
Para su cuidado y preservación, varias entidades trabajamos mancomunadamente para reducir o mitigar situaciones de riesgo, especialmente, para aquellos árboles que se encuentran ubicados en la zona urbana y que deben convivir con elementos como el concreto, construcciones, separadores de calles, tránsito vehicular, redes de electricidad y de telecomunicaciones.
Durante el año 2021 se presentaron 1.860 incidentes asociados a la caída de individuos arbóreos, los cuales fueron atendidos por Bomberos Bogotá; en lo que va corrido del año, se ha acudido a más de 900 incidentes de este tipo. Las localidades más afectadas han sido: Suba, Usaquén, San Cristóbal, Chapinero y Engativá.
La razón más común, por la que se presentan estos eventos, ha sido el envejecimiento de especies que, con el pasar de los años, alcanzan un gran tamaño y, en temporada de lluvias, llegan a sobrecargarse debilitando sus raíces.
El talado y tronzado de la especie arbórea solamente se realiza, por parte de nuestro personal operativo, cuando está corriendo peligro de caer o cuando ya han caído y están obstaculizando la vía pública, vehicular o peatonal. Así mismo cuando ofrece riesgo a la vida o bienes de los ciudadanos.
La caída de árboles puede generar diferentes emergencias como el arrastre y desprendimiento de cables de energía de mediana y baja tensión, el daño a cubiertas o muros de viviendas, caídas sobre vehículos, taponamiento de vías o cuerpos de agua y, en ocasiones, la pérdida de vidas humanas. Es por eso que, desde Bomberos Bogotá, lo invitamos a comunicarse de inmediato a la Línea Única de Emergencias 123, si observa en los árboles algunas de estas situaciones:
Encharcamientos permanentes en la base del árbol.
Ramas muertas.
Inclinación del tronco superior a 40 grados.
Grietas y rajaduras en el tronco.
Cavidades, hongos, pudrición en el tronco o en las ramas.
Presenta daños por causa de un choque.
Hay árboles caídos y/o muertos alrededor.
Daños en las raíces, generados por obras de infraestructura.
Presencia de roedores en la base del árbol.
